miércoles, 7 de mayo de 2014

INSTITUCIONES, OFICIOS Y HOMBRES DE FRONTERA



                                                                       Alfaqueque
 
 La voz “alfaqueque o alfaquí” procede del árabe al-fakkâk que significa literalmente “redentor de cautivos” y designaba a aquel cuyo oficio era redimir cautivos y negociar los rescates necesarios para su liberación, obteniendo como beneficio por esta arriesgada labor un porcentaje del precio del rescate que oscilaba entre el 10% y el 12% del mismo.

 Sus orígenes  se remontan a la Alta Edad Media y están documentados en Las Siete Partidas del rey Alfonso X El Sabio, aunque los fueros y cartas pueblas de muchas ciudades castellanas ya mencionaban a estos personajes en los siglos XI y XII.

 Los alfaqueques actuaban conforme a un código de conducta regulado en las leyes de la época, que les exigía un buen conocimiento de los idiomas castellano y árabe; pero también lealtad, fiabilidad, honestidad profesional y recursos económicos suficientes para evitar sobornos y corruptelas por parte de alguno de los dos bandos.

 Para el cumplimiento de su oficio el alfaqueque porta una carta de seguro de la ciudad o autoridad del territorio que visita, la cual le garantiza su viaje de ida y regreso con cuantos vienes lleve consigo, tanto en metálico como en especie.

Para evitar la sorpresa o confusión se desplazarán por los caminos reales y no por descampados, exhibiendo un pendón blanco que los identificase -real, señorial o propio- y haciendo sonar regularmente la trompeta.



 Los alfaqueques estaban por encima de la hostilidad fronteriza y gozaban de algo similar a la inmunidad diplomática.

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