Juan Francisco del Amor Lajarín 
(Mesnada Maestre Pedro Fernández)
Cuando
hace años conocí a Pilar, nada hacía presagiar que hoy me encontraría
escribiendo estas líneas. Sin embargo, no tardé mucho en decidirme cuando me
propusieron trasladarme a aquel fatídico Abril de 1477 para encarnar una de las
figuras más importantes de nuestra fiesta como es la de D. Gonzalo Talón,
Comendador de la villa. Es para mí un orgullo, hacer mía la figura de este
ilustre ciezano al que espero honrar durante mi permanencia en el cargo.
También
con estas palabras, quisiera recuperar el espíritu de los valientes ciezanos
que un día defendieron la maravillosa tierra que hoy es nuestro pueblo, con lo
más preciado de que disponían: sus
propias vidas. Estos días deben servir para honrarles y destacar su carácter
noble, valiente y luchador siendo aún hoy un ejemplo para todos nosotros.
Quisiera
aprovechas esta oportunidad para invitar tanto a festeros y festeras, como a
los vecinos de Cieza y visitantes de nuestra fiesta a disfrutar y vivir el
sentimiento festero, formando parte de las actividades, homenajes, desfiles y
demás actos de las mismas. Debemos tener muy presente una cita que define
perfectamente el sentir de nuestra fiesta: “Nadie
cese de gozar, que nadie se sienta extranjero”. Quiero con ello destacar el
espíritu que hace unos años me trajo a esta fiesta, que hoy ocupa un lugar muy
especial en mi corazón, haciéndome sentir un ciezano más.
Por
último me gustaría agradecer a la
Hermandad de San Bartolomé, así como a la Comisión de las Fiestas
del Escudo el apoyo, la ayuda y la confianza depositada en mí para la
encarnación de tan importante figura. De igual manera no quisiera olvidar a
todas aquellas personas que trabajan muy duro durante todo el año para hacer
posible la celebración de nuestra historia. En especial me gustaría agradecer
el esfuerzo realizado por la Mesnada Maestre
Pedro Fernández a la cual pertenezco, ya que sin su apoyo y cariño nada de esto
se podría haber conseguido. A todos ellos, muchas gracias.
A
modo de despedida, tan solo queda decir: ¡Vivan las Fiestas del Escudo!
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