Los muros de la
Alhambra están llenos de decoración caligráfica, escrituras
cursivas y cúficas en las que no sólo podemos leer «sólo Dios es vencedor»
(frase que se le adjudica a Zawi ben Zirí, fundador de la dinastía nazarí),
sino poemas realizados por tres poetas de la Corte de Granada, Ibn al-Yayyab (1274-1349), Ibn al-Jatib (1313-1375) e Ibn Zamrak (1333-1393), que fueron
secretarios de la cancillería real y primeros ministros. De entre ellos Ibn
Zamrak es considerado como el más brillante de los poetas de la Alhambra.
Estos poemas rinden homenaje no sólo a los reyes, sultanes o
emires que vivieron en la
Alhambra o a Allah, sino también al propio lugar: los
jardines, fuentes, palacios, laberintos, etc. La Alhambra es en sí un
libro abierto de preciosos poemas.
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