Isabel I de Castilla, conocida como Isabel la Católica, es uno de los
personajes más importantes de la historia de España.
Hija de Juan II de Castilla y de Isabel de
Portugal, nació en Madrigal de las altas Torres, el 22 de abril de 1451.
En 1454, teniendo Isabel tan solo tres años, es proclamado su
hermanastro Enrique IV rey de Castilla.
En 1468, el monarca, reconoció a la princesa Isabel como heredera al
trono en el pacto de los Toros de Guisando, con lo cual privó de sus derechos
sucesorios a su propia hija, la princesa Juana, llamada la Beltraneja, a quien la
malas lenguas suponían hija de Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque.
Con el objetivo de consolidad su posición política, se acuerda la boda
de Isabel con su primo Juan II de Aragón, enlace que se celebró en secreto, en
Valladolid, el 19 de octubre de 1469. Al año siguiente, molesto por este
matrimonio, Enrique IV decidió desheredar a Isabel y rehabilitar en su condición
de heredera a su hija Juana, que fue desposada con Alfonso V de Portugal.
Isabel "La Católica" |
Fernando "El Católico" |
A la muerte del rey Enrique en 1474, un sector de la nobleza proclamó a
Isabel soberana de Castilla, mientras que otra facción nobiliaria reconocía a
Juana, lo cual significó el inicio de una sangrienta guerra civil.
El conflicto sucesorio se decantó a favor de Isabel en 1476; aunque los
combates continuaron en la frontera castellano-portuguesa hasta 1479. Ese mismo
año muere Juan II de Aragón; por lo que Fernando, su primogénito, se convierte
en rey; produciéndose la consiguiente unión dinástica de Castilla y la Corona de Aragón.
Siendo soberana, Isabel crea la Inquisición, expulsa a los judíos, apoya a Colón,
reconquista Granada y una Castilla.
Murió el 26 de noviembre de 1504 en Medina del
Campo.
Sepulcro de los Reyes Católicos en la Catedral de Granada |
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