Entre los cautivos que las tropas de Abū l-Hasan
se llevaron a Granada tras el saqueo de Cieza en 1477 se encontraba, junto con
su familia, Gonzalo Talón, comendador de Cieza desde 1450. Aunque pronto se
liberó mediante el pago de un rescate, los Reyes Católicos lo sustituyeron
poniendo en su cargo a un noble de origen portugués: Juan Pérez de Barradas.
El nombramiento de este nuevo comendador de
Cieza se produjo en 1479 por título del Maestre general de la orden Alfonso de
Cárdenas, y presuntamente como recompensa a los servicios prestados a la Monarquía Castellana
en las guerras de Granada, o como agradecimiento por su lealtad a la Corona en el desempeño del
corregimiento de Alcaraz frente al
marqués de Villena.
Nada más estrenar el cargo, el nuevo
comendador comenzó a trabajar en lo que más preocupaba a su encomienda: la
reconstrucción de las maltrechas defensas de la villa, destruidas en 1477, por
unas más eficaces. Para poder llevar a cabo este proyecto, solicitó ayuda a su
propia Orden de Santiago; y en un capítulo celebrado por esta en 1480-81, se
aprobó contribuir a terminar la edificación de una nueva fortaleza que ya el
propio comendador había comenzado a su costa, en colaboración con los vecinos
de Cieza, de las villas santiaguistas limítrofes y de la Corona.
Del proyecto de reconstrucción realizado
por Juan Pérez de Barradas, para lo cual aportó parte sustanciosa de su
patrimonio y de su mujer, se hizo una detallada relación en la visita a la
encomienda ordenada por los reyes Católicos en julio de 1494, concluyendo con
un reconocido elogio a la vida y costumbres del comendador, del cual “dixeron
tanto bien, que los visitadores determinaron hacer de él un especial informe a
los Reyes Católicos, Administradores de la Orden de Santiago”.
Don Juan permaneció como comendador de
Cieza hasta su muerte ocurrida en el año 1504.
No hay comentarios:
Publicar un comentario