jueves, 23 de febrero de 2012

ÓRGANOS DE GOBIERNO EN LA CIEZA BAJOMEDIEVAL

LA ENCOMIENDA

La representación de la Orden de Santiago en la villa de Cieza recaía en el Comendador, que era elegido por el Maestre y por “los trece” entre la nobleza santiaguista.
Los comendadores estaban obligados por los establecimientos de la Orden a residir en sus encomiendas para poder desarrollar sus funciones de mejor forma. Estas funciones que le correspondían al Comendador eran: la percepción de las rentas santiaguistas; el mantenimiento de las propiedades y derechos de la Orden; el ejercicio de las funciones judiciales en segunda instancia sobre la población y la defensa del territorio.
Para poder realizar estos menesteres, el Comendador solía estar ayudado por un séquito de criados y por una amplia parentela que ocupaba los principales puestos de la administración señorial. Entre estos destaca la figura del alcalde, que era el encargado del mantenimiento de la fortaleza , de representar al Comendador en su ausencia y de realizar las funciones cotidianas del gobierno señorial. También encontramos al mayordomo, que era el encargado de gestionar las finanzas de la encomienda; el merino, cuya función era la de entablar relaciones con la población ciezana y , por último, el alcalde mayor, que era el encargado de la administración de la justicia en segunda instancia.
Las rentas de la encomienda procedían de diversas fuentes como son las propiedades rústicas adquiridas por la Orden durante el periodo bajomedieval y los bienes inmuebles que fueron monopolio señorial (hornos y molinos). También obtenían recursos de la producción agraria, la utilización de los pastos y el comercio y de los derechos de la administración de justicia sobre la población. Pero el Comendador también tenía que hacer frente a un cierto número de gastos, como eran: pagar el salario del personal de la encomienda; las lanzas de la orden; la décima para el convento de Uclés, y el gasto de procuradores de la orden en Roma. Tras el pago de estas, el resto de las rentas recaudadas pasaban a engrosar el patrimonio personal del Comendador.
Los visitadores de la orden realizaban periódicamente una supervisión de las encomiendas con el fin de velar por la integridad de la vida privada del Comendador y de su actuación sobre los habitantes de la villa.


No hay comentarios: